sábado, abril 01, 2006

Voz



Tengo un ávido hastío,
porque te amo,
porque soy torpe,
porque me sincero
y temo
que te vayas,
con tus tantas grandezas.
Porque temo vagar en tu noche incrédula,
y hacerme amiga de las consagradas sombras
de las heridas cúbicas de mi mano absurda.
Llamarme y lamerme,
con las tontas grietas de niña sorda.
Porque no escucho tu grito,
tu insolencia y tus nervios
porque no estas diciéndome frívola
detrás del indiferente espejo
y estas allí,
desmesurado o triste,
callándome estos gritos sobrios
que nada te dicen del amor sádico.

Tengo heridas de guerra
tácticas tan inhumanas,
de las muertes roedoras del espacio
miradas vírgenes
oscuros estallidos sangrientos de compensación.

Tengo un ávido hastío,
de soledad anacrónica
una honda incrusta de mujer espacial.
Y me disfrazo,
para que en tu carne,
violenta y química
dejando huellas sabias
de amor de quiebre,
los disfraces prendan fuego
( pretendo ser tu olvido)

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