lunes, marzo 27, 2006

La herida




La herida concluye,
y me hace su victima abismal,
debo en la herida confundir el regazo,
y habitarlo espacialmente,
con mi femenina rabieta sin maquillaje.

Debo,
con mi seno abierto,
lamerme las cicatrices,
llenarlas de crónica sangre,
llorar de angustia.

Porque la herida concluye,
y me hace su presa en la intención del pánico.
Me retuerzo con la mujer blanda,
que carga a su espalda,
vitrinas confusas de aletargamiento.

Mi herida,
acostada a pies de mis grandes ojos,
me señala, como infame
me suelta los nudos con cruda violencia.

Habrán pasado,
las mujeres por mi herida,
con disfraces,
soltando emergencias para no apaciguar el duelo.

Sin embargo,
la herida paridora del callado nudo,
se retuerce sin danzar.

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