miércoles, julio 12, 2006

Intuición



Tu sencillez me redujo
a la noche alargada.
Era una comunión fría de enredadera,
posar en ti las manos en el vacío
atisbarse en un centro liquido,
hasta inundar el amor de espejo.

Copular el vino,
en tus labios.
Seducir entre el miedo
una risa colgada de estridencia nebular
actuar con las notas desmedidas,
un teatro comedido y satánico.

Vivir de vidas pasadas
de la hambruna
en el cuerpo del abandono.

Intuir la medianoche
con la ceniza volcánica,
de los astros.

Y ser al fin,
un cúmulo entre tantas mentes
elegantes que inspiran
la mordedura esbelta
el trazo.

No hay comentarios.: