jueves, enero 04, 2007

Odiosidad



Cuando tu cuerpo me palpa insomne
saboteando mi arruga ennegrecida,
lamo con sed de palabras,
la furia,
el resto es la hendidura,
de una mujer descalza, despatriada.
Un pequeño nombre que repito cada día,
y no nacerá,
deletreándose.

De mi, nacen
los ejercicios, la mudez.
El hambre fragmentaria,
de los hijos temblantes
en el trazo de mi vientre.

En el espacio esquizoide,
donde se desea...
atasco a la carne abdominal
hasta la desventura.

Odiosidad,
de nombrarte, si
temor,
del beso que nos incendia,
hasta pervertirnos.

Pues adentrando,
al amor, encajo
como el tumulto,
la ira
dentro del cual rompe gruesamente
la cerradura,
hasta envenenar.

Placeres parten en mitades tu corazón
devorando el acertijo,
de tu tacto.

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