jueves, octubre 05, 2006

Mientras tengamos otra voz



En los ventanales inmensos
me prohíben hablar como mujer
inundar a las palabras
describir voces infernales
que no van con el principio
del aborto clandestino.
Cuando la escritura
me retrata
me quedo con mis segundos nombres
ausentes
sobre el papel
viendo al enemigo
partirse en dos.
Llena de vida moribunda
con el monumento escaso
de mis piernas complejas.
Todo es rotundo,
mientras no estas.
Pero cuando vuelves
nuevamente vuelco a pegarme
sobre tu vicio,
y me hago trémula,
una carne que sabe escribir
de la pobreza.
Infinitamente una diosa
perversa que muere
sobre tus pies exhausta.

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