martes, abril 25, 2006

Reencuentros



Hay tanta soledad en las calles
que ya nadie se atreve a nombrarte
han cordordado quedar mudos
detrás de las enredaderas,
de los cortes, de los púas.
Porque separan desde lo alto
retrocesos,
desnudos frente al miedo
y se ciegan disfrazados de muerte
con candados.
Desde lo alto simulan
como desconocidos
como ejecutores del deceso del hambre.
Se enuncian como hermanos
arrodillados frente al crepúsculo
hay respeto por sus nombres
en las vigilias,
hay cordones atravesando sus ombligos
en las avenidas de la fe
que reproducen lentos los días.

Y entonces desde la premura se desprecia a Dios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

I say briefly: Best! Useful information. Good job guys.
»